Fue un golpe contundente, un impacto rotundo para Novak Djokovic, la historia que representa y la que le fue negada en la final del Masters 1000 ATP de Miami. Nació definitivamente una nueva estrella: el checo Jakub Mensik, quien abrazó a su víctima y también ídolo de la infancia, llorando de emoción. No era para menos. Juntó las manos e hizo una reverencia al balcánico, casi pidiendo perdón por el atrevimiento.
Un joven de 19 años poniendo en jaque a una leyenda de casi 38, con un recital de potencia física, tenis y fortaleza mental. Muchos recursos y fe para superar a un Djokovic cuyos problemas crecieron exponencialmente. Desde un molesto orzuelo en el ojo derecho hasta la humedad que mermó sus fuerzas. Pero el mayor obstáculo fue un Mensik monumental, que escalará del puesto 54º al 24º en el ranking mundial.
Tras perder en Shanghai 2024 después de ganar el primer set, Mensik no dejó escapar esta segunda oportunidad. Selló el partido 7-6 (4) y 7-6 (4) en 2 horas y 3 minutos.
Novak Djokovic, derrotado en la final de Miami por Jakub Mensik.
Mensik estrenó su palmarés, mientras Djokovic se quedó sin su título número 100, que hubiera llegado con su séptimo trofeo en Miami. Mensik sucede en el historial al ausente italiano Jannik Sinner.
El 3-0 inicial del checo fue un mensaje directo a Djokovic, quien reaccionó a tiempo para igualar el set, pero su rival lo decidió en el 'tiebreak', siempre sólido en el saque. Con 14 'aces', reveses paralelos impecables y derechas demoledoras. Un talento de 1.93 metros, formado en la exquisita escuela de tenis de su país.
A Djokovic le faltó aire en múltiples ocasiones, a pesar de no haber perdido ningún set antes de la final. Mejoró tras los fracasos en Doha e Indian Wells, pero esta derrota en su 142ª final dolerá mucho, pues las oportunidades se vuelven cada vez más escasas. Ley de vida.
"Tiene un gran futuro", declaró Djokovic, elogiando cómo Mensik soportó la presión hasta el final. El joven no dudó en su camino hacia un trofeo importante, especialmente al derrotar al hexacampeón histórico.
Ni siquiera el retraso de cinco horas por lluvia —y la previa final de dobles femeninos— nerviosó al checo.
El público apoyó a Djokovic, pero todos se rindieron ante la calidad de Mensik. Fue el primero de muchos más. Una hazaña que también le reporta un premio de 1,124,380 dólares (más de un millón de euros). Era solo su segunda final, tras caer en Doha ante el ruso Karen Khachanov en 2024. Un heredero sobresaliente de Tomas Berdych. "Si juego, es por ti", le recordó al serbio. El discípulo aprovechó al máximo las enseñanzas del maestro.
Ziad es un experto en fútbol y analista deportivo, especializado en noticias, estadísticas y tácticas del juego. Es un entusiasta de la tecnología y la innovación, y le encanta compartir sus conocimientos con la comunidad. Le apasiona el fútbol y disfruta de la oportunidad de escribir sobre su deporte favorito.